Categoría: Pequeconsejos

Qué he aprendido en mi primer año viajando con un bebé 

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El 7 de febrero de 2018 nacía Felipe. Apenas semanas después hacíamos nuestro primer viaje en coche con él, un recorrido de 145 kilómetros –Málaga-Algeciras. En junio llegaría su primera vez en barco y en agosto voló en avión por primera vez. En octubre experimentamos los tres juntos lo que es un crucero, en diciembre dimos la bienvenida a la Navidad en Londres y despedimos el invierno en Austria. Difícil contabilizar la de kilómetros que Felipe ha recorrido por tierra, mar y aire, la verdad. Lo que no lo es tanto, al menos para mi, es contaros qué he aprendido de estos 12 meses descubriendo mundo con mi bebé… 

1. Planificarlo todo mejor

Nosotros nunca hemos sido unos locos de los planes al detalle, pero sí es cierto que desde siempre reservamos billetes y hospedaje con tiempo, básicamente para encontrar mejores precios. En esta primera etapa viajando con un niño tan pequeño comprobamos que ahora es necesario añadir algo más de planificación para atender a sus necesidades más vitales. Por ejemplo, al comprar un boleto de avión mejor evitar los madrugones, aunque todo depende de los ritmos y hábitos del niño, está claro. También hemos visto que las largas jornadas en coche moviéndonos de un punto a otro es probable que debamos postergarlas para más adelante. Ir en automóvil cansa y a ellos especialmente. Tenlo todo eso en cuenta antes de optar por un tipo de escapada u otra. 

2. Incluir en la maleta solo lo estrictamente necesario

Las mamás solemos pecar de exageradas, especialmente las primerizas. ¿Cuántas no llenamos las mochilas de los ‘por si acaso’ y luego te das cuenta que podrías haber llevado la mitad de peso? Lo mejor es hacer una lista con lo verdaderamente imprescindible para tu hijo. No llevar ropa en exceso, que siempre se puede dar un lavado rápido en el destino. Pañales para los primeros días, que en el lugar al que vayas es más que probable que encuentres donde compras –que sí, que todo dependerá del destino final pero por norma, estas primeras vacaciones seguro que serán a sitios donde se encuentran estos productos rápidamente. ¿Geles y lociones? Con llevar botecitos de 100 ml que no hay que facturar vas lista. Si vuelas a un lugar de temperaturas suaves, con una sudadera o una rebeca para ese ‘por si hace frío’ vas listo. Zapatos, si ya andara, con dos pares para llevar respuesta es suficiente. Esto de forma resumida. La esencia es la del enunciado: no peques por exceso, sobre todo si tu idea es seguir volando sin tener que facturar o si quieres moverte en coche o tren sin cargar con maletas y enseres que regresarán sin haberse usado.

3. No pienses en ahorrar en transporte público…

Al menos al llegar a la ciudad donde vayáis a pernoctar. Lo comento por experiencias propias. Suele ocurrir que cuando volamos con compañías low cost, los aeropuertos están excesivamente alejados del centro de la urbe. Hay varias opciones, entre estas la de usar metro o bus público. Si cuando ibas sin peque a cuestas  te decidías por esa para ahorrar presupuesto, olvídate de ello. Lo importante ahora es la comodidad para el peque de la casa, ya llegará el momento de retomar ese tipo de medios de transporte. Además, en ocasiones el alquilar un transfer sale bastante más económico de lo que podrías pensar en frío. Consulta tarifas, busca precios económicos y contempla todo lo que te digo. Aterrizar y tener que pasar una hora saltando del tren al metro y/o a un autobús es cansado para cualquiera, imagina que supone para un bebé.

4. Flexibilidad en tema de rutinas y horarios

Hay personas muy estrictas con eso de los (buenos) hábitos. He de decir que no es mi caso pero que aún así cuando viajo con Felipe intento olvidarme por completo de las horas, de que tiene que comer sí o sí en tal momento y que a las 21 en punto debe estar en la cama. ¡Imposible! Sobre todo, al menos en mi opinión, si quieres sacarle todo el jugo a las vacaciones. Para combatir esas situaciones está el llevar en la mochila tentempiés para cuando el peque tenga algo de hambre, agua a mano y por supuesto una sillita de paseo o tus brazos –¡qué mejor!– para que eche una siestecita o tome ese primer sueño. 

5. La mochila de Mary Poppins

Así es como le llamo a mi bolso desde que me muevo de aquí para allá con Felipe, y jamás me imaginé siendo tan previsora, todo sea dicho. Tanto para viajar como para ir al parque, suelo llevar en la mochila tanto algo de comida, fruta, un sandwich o algunas galletas, como su botellita de agua y algunos juguetes para que se entretenga si fuera necesario. Si viajas con niños esta bolsa a lo Mary Poppins cobra más sentido de la cuenta: Has de sumar a todo lo anterior unos cuantos pañales para el camino y una muda por si se manchara demasiado, algo de abrigo por si refresca, ah, ¡y un paquete de toallitas! Quien se eche las manos a la cabeza y piense que me contradigo en relación al punto 2 se equivoca. ¡Puedo demostrar en vídeo que todo eso cabe perfectamente en una mochilita de tamaño normal!

6. Tranquilidad para vivir la experiencia al máximo

Es cierto que viajar con nuestros pollitos tiene un plus de complicación, por así decirlo, pero también tiene un plus de emoción. Estás construyendo desde ya unos recuerdos para él y para vosotros que permanecerán para siempre. Todo suma aunque pienses que él no va a acordarse de que está ante la torre Eiffel o de la alegría que produce andar perdidos por la plaza Mayor en plena Navidad. Cuando vaya creciendo tendrás las fotografías para mostrarle donde estuvo cuando era pequeñito y estoy segura que de una u otra manera todo eso sumará para que crezca con una cajita llena de experiencias y aprendizajes únicos que solo se adquieren descubriendo nuevos lugares y otras culturas. 

7. Y jamás escuches lo que te digan por ahí… ¡Todo suma!

Básicamente justo en las líneas anteriores te decía lo que aquí reitero con más fuerza. Nunca es demasiado pronto para empezar a viajar con tu hijo. Tanto tú como tu pareja, si la tienes, vais a vivir esa escapada con una ilusión máxima, incomparable a la que hayas experimentado en otras ocasiones. Y a eso sumo lo que comentaba antes, que estoy segura que con los años, granito a granito, todo hará que tu chiquilín tenga una mentalidad especial, al menos diferente, fruto de esa apertura al mundo que tú le has ido regalando desde que nació.

Os invito a dejarme en comentarios otras experiencias y aprendizajes que os esté dejando el viajar con tu hijo. Está claro que cada persona lo vive a su manera y es obvio que siempre hay cosas que aprender así que… ¡Soy todo ojos!

A contramarcha: Por qué tus hijos deben viajar en coche en sillas ACM

Existe un amplio debate al respecto sobre el uso de sillas ACM en los coches. La normativa en España indica que los niños deben de ir en sillas a contramarcha sólo hasta que alcancen el peso de 9 kilogramos, aunque la DGT está valorando ampliar la franja de edad en la que los niños deben de ir a contramarcha.

En muchos países europeos los pequeños no van nunca mirando hacia delante y los padres hacen uso de dispositivos tecnológicos, ya sean tabletas o pequeñas pantallas LCD implantadas en el asiento trasero del vehículo, para amenizar la travesía al bebé. En realidad los niños ven más mirando hacia atrás que si están sentidos en dirección al sentido de la marcha. Está la preocupación de los padres que el niño se vaya a marear porque no ven nada o quieren ir mirando hacia donde estén los padres, pero estos casos se dan por igual ya sea de una forma u de otra. 

Es un hecho la eficacia de las sillas a contramarcha, capaces de reducir hasta un 90% las posibilidades de muerte o lesiones graves en el bebé, tal y como afirma la DGT. Es cierto que aún existe una gran falta de concienciación en las familias españolas puesto que no se consideran más seguras que las sillas a favor de la marcha. Hay una ferviente creencia en una manera de sacar dinero a las familias a costa de generar miedo. Las sillas ACM son bastante más caras (rondando los 199 euros aproximadamente) en relación a las que van a favor de la marcha (algunas pueden ser adquiridas por menos de 60 euros).

En ocasiones se opta por dispositivos a favor de la marcha por la creencia de que a los peques no les gusta ir mirando hacia atrás. Los padres, por norma, intentamos hacer lo mejor por su bien. ¿La solución? Intentar una adaptación paulatina al nuevo sistema, dando paseos cortos en coche con el niño e ir alargándolos poco a poco. Es de gran ayuda que el peque tenga compañía durante el viaje, ya sea de un familiar o conocido, acompañándolo a su lado.

Otro aspecto importante en relación a lo que se piensa sobre las sillas ACM es el temor a la susodicha instalación. Cuando compras una puedes pedir que te la dejen instalada en tu coche. Solicita siempre que sea posible su instalación en el asiento trasero central del vehículo y se consciente que un mal anclaje podría ser un error fatal en un accidente en carretera.

En definitiva, la seguridad no tiene precio, y más cuando se trata de nuestro hijo. La DGT está implantando poco a poco un sistema de concienciación para la seguridad infantil en carretera y en definitiva es lo que hace falta para romper con la barrera del uso de sillas ACM, sensibilización y más información para los padres. Si comenzamos desde el principio, empieza con trayectos cortos, como puede ser el llevarlos al colegio o a actividades infantiles. Nuestros hijos podrían ir perfectamente a contramarcha hasta los 5 o 6 años como han afirmado otros padres de países europeos donde esta práctica es algo más común y menos cuestionada.

Cinco destinos perfectos para las primeras vacaciones con tu bebé

¿Quién dijo que no se pudiera viajar con bebés? Hay cientos de destinos que son totalmente recomendables para papás con peques. ¿Quieres conocer algunas propuestas interesantes para tus primeras vacaciones con niños?

Algunos de los mejores viajes con bebés

Las Palmas de Gran Canaria

Es uno de los destinos de viajes con niños más recomendados por muchos papás. Uno de sus puntos fuertes es el clima, con temperaturas excelentes los 365 días del año. Además, los sitios son muy accesibles, tanto es así que cuenta con el sello Family Welcome en muchos establecimientos. Ese identificativo es garantía de que estáis en un sitio con todo lo necesario para las familias.

Las Palmas de Gran Canaria cuentan con el sello Family Welcome, un destino perfecto para ir con peques (iStock).

Las Palmas de Gran Canaria cuentan con el sello Family Welcome, un destino perfecto para ir con peques (iStock).

Lisboa

Otro de los destinos que más recomiendan en muchos blogsde viajes para hacer con bebés es Lisboa. La capital portuguesa está muy cerca de nuestro país, tiene buen clima y mucho por disfrutar. Es ideal para todos aquellos papás que quieren hacer un primer viaje con su pequeño fuera de España pero que no quieran alejarse en exceso de casa por si ocurriera algún imprevisto.

La Torre de Belem, una de las visitas imprescindibles si viajas a Lisboa (iStock).

La Torre de Belem, una de las visitas imprescindibles si viajas a Lisboa (iStock).

Cagliari

La isla de Cerdeña es ideal para viajar con bebés. El acceso con ferry es muy fácil. Con algunas de las playas más increíbles de Europa ofrece actividades de todo tipo, también para familias. Podéis disfrutar de un auténtico paraíso cerca de España y los precios son accesibles prácticamente para cualquier bolsillo. Sin salir de Cagliari, que es la capital isleña, podéis disfrutar de la playa, de turismo cultural (Torre de San Pancracio, Torre del Elefante, Barrio Castello, Torre de San Pancracio, entre otros) y mucho más.

Cagliari es el centro cultural, educativo, político y artístico de la isla de Cerdeña (iStock).

Cagliari es el centro cultural, educativo, político y artístico de la isla de Cerdeña (iStock).

Estocolmo

Y si sois unos auténticos papás viajeros podéis decantaros por Estocolmo. Esta ciudad europea tiene un clima agradable en verano, espectacular naturaleza y tranquilidad. Además, en cualquier establecimiento cuentan con microondas, calentadores y sillitas en transportes públicos y taxis. En los países en los que la conciliación familiar está muy presente los viajes con niños resultan especialmente sencillos.

El parque de atracciones de Estocolmo, situado en la isla de Djurgården, es una visita imprescindible si viajas con niños (iStock).

El parque de atracciones de Estocolmo, situado en la isla de Djurgården, es una visita imprescindible si viajas con niños (iStock).

Berna

Muchos dicen que Suiza es el país más familiar de toda Europa, nosotros diremos que al menos es uno de ellos. Pasear con vuestro pequeño por el casco antiguo medieval puede resultar todo un deleite. Además, la capital suiza cuenta con una amplia propuesta de restaurantes que tienen microondas y tronas. Si queréis un destino cerca de España pero que se salga un poco de lo habitual, Suiza es una buena opción.

Los peques se pueden refrescar en la Bundesplatz (Plaza de la Federación), una imponente plaza rodeada por importantes edificios –la sede del Parlamento y el Banco Nacional de Suiza. En la imagen, las 26 fuentes de agua que representan a los cantones suizos (iStock).

Los peques se pueden refrescar en la Bundesplatz (Plaza de la Federación), rodeados de importantes edificios –la sede del Parlamento y el Banco Nacional de Suiza. En la imagen, las 26 fuentes de agua que representan a los cantones suizos (iStock).

Tokio

Seguro que estáis pensando: ¿a Tokio con un bebé? ¿No está demasiado lejos? Si os gusta la aventura controlada, Japón es uno de los mejores destinos para tus primerosviajes con bebés. Los nipones son muy amables y serviciales, lo tienen todo limpio y tratan a los niños occidentales como si fueran auténticas estrellas. En los establecimientos hosteleros tienen cubiertos para ellos e incluso podéis encontrar cambiadores en la mayoría de las estaciones de tren y en el metro.

Una de las mejores fechas para viajar a Tokio es en primavera, cuando florecen los cerezos –de finales de marzo a principios de abril (iStock).

Una de las mejores fechas para viajar a Tokio es la primavera, cuando florecen los cerezos –desde finales de marzo (iStock).

Como ves, los viajes en familia con bebés son toda una realidad. Hay muchos destinos que acogen a los más pequeños con una amplia variedad de servicios y comodidades. Si os gusta viajar, no dejéis de hacerlo por la llegada de un pequeño a vuestras vidas. La experiencia para vosotros y para él puede ser única.

Cómo elegir la mejor silla de paseo para viajar

Nuestra sillita de paseo es Bugaboo Bee5. Antes de comprarla estuvimos valorando lo que queríamos, teniendo en cuenta el uso que le íbamos a dar. Primó la comodidad ante todo, pues sabíamos que íbamos a movernos mucho con Felipe y fue esa una de las razones por las que elegimos este modelo de Bugaboo, el pack de capazo y sillita. Ambos de tamaño bastante compacto en relación a otros similares del mercado, calidad y resistencia para los viajes, también nos ganó en estética, por qué no decirlo…

A día de hoy estamos bastante contentos con el resultado pero tras nuestro primer viaje en avión con Felipe nos vino una duda: ¿Cómo tratan las sillitas de bebés el personal aéreo? Sabemos que van a bodega, que la puedes entregar justo antes de subir al avión, pero, una vez nos desprendemos de ella, ¿de qué forma la manipulan? Teniendo en cuenta que el carro nos supuso una inversión considerable, nos hemos planteado hacernos con una sillita de paseo exclusivamente para cuando vayamos a tomar un vuelo.

Queremos algo resistente, obvio, porque sino va a ser peor el remedio que la enfermedad y vamos a desembolsar un dinero que caerá en saco roto si se rompe a la primera, y nunca mejor dicho. No tenemos pensado gastarnos demasiado, porque realmente la utilizaríamos únicamente cuatro o cinco semanas al año, por así decirlo. Básicamente cuando viajemos en avión. Y debe ser de una sola pieza, fácil y rápido de abrir y de plegar y si se cierra a modo yoyo y podemos subirla a la cabina mejor que mejor.

Para tomar una decisión lo más acertada posible estamos valorando las diferentes opciones que hay en el mercado, siempre teniendo en cuenta estos siete puntos que considero hay que tener en cuenta a la hora de elegir la mejor silla de paseo para viajar.

  1. Maniobrabilidad: Fundamental que sea fácil de llevar. Para quienes no están aún muy ‘puestos’ en estos de las sillas de paseo –yo no tenía ni idea–, este es un aspecto clave. Puede parecer una tontería pero el tipo de ruedas, tanto por tamaño como por la capacidad de girarse –o no– 360 grados va a determinar mucho que puedas moverte mejor o peor por según qué lugares y terrenos.
  2. Facilidad para plegarse: Otro punto importante, y no solo por la necesidad que tienes de guardarla a la hora de dejarla a la entrada del avión, sino porque habrá destinos, sobre todo si vas a alquilar un coche, en los que tendrás que estar abriendo y cerrando el carro para meterlo en el maletero. Hasta no empezar a indagar en este tema no sabía que existían las llamadas sillas de bebé compactas con cierre ‘yoyo’, que al plegarse quedan como si fuera una cajita cuadrada. El Bubagoo Bee toma una forma similar pero no tan pequeña, es más bien un rectángulo y para nada podría meterse en los maleteros de las cabinas del avión. En la siguiente imagen podéis ver la más conocida –y cara– del mercado, la Yoyo de Babyzen. Se guarda en dos movimientos, apuntan que es de manejo suave y con suspensión a prueba de baches. El inconveniente de esta es que no baja de los 380 euros así que me plantearé otras opciones –que haberlas, habylas– similares pero económicas…
  3. Ligera: Es un punto vinculado con el anterior. Para llevar y traer, para guardar y cargar, para ir y venir, vas a querer una pieza que no pese demasiado. Entre 5 y 7 kilos hay productos en el mercado con cierre yoyo y no muy caros. Bugaboo Bee5 pesa 8,9 kilos, que para ser un cochecito de paseo urbano está bastante bien, pero imaginad la diferencia con una Mclaren (la Mark II apenas pesa 3,5 kgs) o la Pockit de GB (4,3 kgs), la Cabin de Asalvo (5 kgs) o la Easylife de Recaro (5,7 kgs).
  4. Capota extensible y que se pueda reclinar por completo (o casi). Cuando viajas pasas prácticamente todo el día fuera por lo que hay que encontrar una silla de paseo para viajar que sea cómoda para los peques. En este aspecto lo primordial, en mi opinión, es que el respaldo se recline por completo, que quede en posición horizontal (o casi, repito). Podrán así descansar, echarse una siesta o lo que necesiten. El tema de la capota es otro punto importante para eso mismo, para garantizar la máxima tranquilidad cuando quieran dormir un ratito pues los asilan un poco del entorno. También te salvará la vida si da mucho el sol o está lloviendo, a modo de protección, aunque ante inclemencias meteorológicas no debes olvidar llevarte siempre la funda impermeable (el ‘plástico’ que le decimos).
  5. Fundas y textiles lavables: La manipulación que realiza el personal aéreo de tierra de las maletas deja mucho que desear, sobran vídeos y denuncias en la red para comprobarlo. De hecho ese es el principal motivo de este post, la verdad. En más de una ocasión nos han devuelto maletas con arañazos o manchadas, si eran de tela. De ahí que te recomendemos que el cochecito para viajar con tu niño que elijas tenga fundas lavables para meterlas en la lavadora al volver o bien para darles con un paño húmedo.
  6. Capacidad de la cesta: este punto es ciertamente circunstancial, de hecho el menos importante en mi opinión. Pero bueno, ya puestos, no está de más que ante igualdad de características de una silla valores esta cualidad. Ahí vas a poder meter la merienda o el tentempié de media mañana, si lo llevaras, las compras que vayas realizando, alguna muda por si hiciera frío –calor o si el peque se ha hecho sus necesidades–, etc. Ten siempre un ojo puesto en la cesta y no dejes cosas de valor porque puede que desaparezcan por arte de magia pero sí será una ayuda para los días en los que vayáis muy cargados, de esas jornadas viajeras en las que sales al amanecer y regresas con la luna llena.
  7. Precio: ¿Cuánto gastarnos en un carro de paseo para niños exclusivo para viajar? La verdad es que aquí cada uno debe hacer una valoración de su situación, de cuántos viajes o escapadas tiene previsto realizar con sus hijos, del presupuesto, etc. En nuestro caso, con Felipe Felipito, la idea es movernos mucho. Por lo pronto tenemos ya asegurado un crucero en octubre, cinco días en Londres en diciembre y una semana por Viena –recorriendo Austria– en marzo. No queremos gastarnos demasiado porque Bugaboo Bee ya fue nuestra ‘inversión’, por así decirlo, así que nuestro presupuesto ronda los 150-200 euros máximo. Según lo que he visto por internet hay modelos que pueden rondar ese precio y darnos buenos resultados. La idea es hacernos con una silla de paseo para viajar buena y barata, lo bonita en este caso es lo de menos. Es decir, algo que nos permita ir más cómodos y tranquilos que con el Bee (nos da ‘miedo’ que lo rompan al meterlo en el maletero del avión) pero que sea resistente. De nada sirve gastarte dinero en un carro si vas a ir a por el más barato –por tanto, probablemente, poco resistente– y a los dos vuelos se va a romper…

Teniendo tooooodo esto en cuenta, ahora se trata de ver lo que hay en el mercado, conocer las opciones en vivo y en directo, si hay posibilidades, y valorar cuál es la que mejor se adecua a tus circunstancias –características, uso que le vayas a dar y presupuesto. En un próximo post os contaré qué modelos estoy barajando y, si así fuera, cuál compré finalmente.