Vacaciones en alta mar: Nuestra primera vez en crucero con un bebé

Reconozco que siempre me habían llamado la atención este tipo de viajes. Eso de subirse en un majestuoso barco y pasar una semana de puerto en puerto, cada día amaneciendo en una ciudad diferente, sonaba, cuanto menos, interesante… Lo había comentado en varias ocasiones con amigos y familiares y me encontraba todo tipo de opiniones: desde personas que ya habían pasado las vacaciones en un crucero y eran auténticos adictos a esta fórmula hasta otros que se mostraban de lo más relaciones a esta opción, ¡algunos sin haberlo probado siquiera!

Pipe y yo llevábamos un tiempo con esa idea rondándonos la cabeza. Somos muy de escapadas DIY –yo me lo guiso, yo me lo como–, pero ciertamente esta alternativa se presentaba como de lo más relajante y perfecta para desconectar. Unos buenos amigos de Algeciras, Rubén y Rocío, nos hablaron bien de MSC, la compañía con la que hemos debutado, y a esta ecuación añadimos que Felipe apenas tenía unos meses y no sabíamos cómo plantearnos las vacaciones. “¿Qué tal si probamos un crucero por el Mediterráneo?”, nos preguntamos. 

Le vimos muchos pros, la verdad. Cómodo a más no poder. Sueltas la maleta nada más llegar al barco, te dan tu camarote y ya es solo dejarte llevar. Ver las paradas que se hace, decidir qué puertos de mar te apetece descubrir y el resto del tiempo aprovechar de un auténtico transatlántico con todo lujo de detalles para no aburrirte, si es lo que buscas. Si prefieres encontrar rincones en los que desconectar, esta también es una excelente opción. Y como decíamos, al ir con un bebé el viajar en crucero se nos antojaba especialmente acertado

Tienes tu camarote, como si estuvieses en un hotel, con servicio de habitaciones inclusive. A bordo hay todo tipo de zonas de ocio, bares, restaurantes, cafeterías, piscinas, animación y espectáculos. Si te apetece aprovechas para hacer una excursión a la ciudad en la que amanezcas y sino lo dicho, en semejante medio de transporte hay todo cuanto puedas imaginar y necesitar. 

Más adelante, en un post especial, hablaré con detalle de las excursiones que realizamos con Felipe –¡al final bajamos en todos los puertos!– pero antes quiero daros unas anotaciones sobre el barco con el que debutamos en este mundo que, lo confieso, nos ha enganchado. Es un tipo de escapada perfecta para unas vacaciones en familia. Nosotros partimos a mediados del mes de octubre de Barcelona, un crucero por el Mediterráneo a bordo del MSW Seaview, una de las grandes novedades de esta naviera. ¡Un espectáculo! 

Crucero por el Mediterráneo con MSW Seaview

Este barco ha creado precedente en la historia del diseño naval. Cuenta con 2.067 camarotes para pasajeros y 759 para la tripulación, 323 metros de eslora y 41 de manga, con una estructura única, un impresionante paseo marítimo de 360 grados con barandillas de cristal que ofrece una panorámica única del mar. Para divertirse, una piscina en cubierta donde se suceden las actividades y animación, con bar incluido para tomar cócteles, combinados y todo tipo de tentempiés, helados y snacks. En la parte de abajo, conectada con la cubierta superior a través de dos ascensores panorámicos, la piscina south Beach, para tomar el sol y ver el atardecer.

En el interior, diferentes restaurantes, especializados en comida japonesa, italiana, un europeo o varias opciones de bufé para quienes prefieran mayor variedad. Este suele ser de los más frecuentados por quienes viajan con niños, al encontrar una mayor propuesta de platos que pueden gustar a los pequeños. Nosotros, que entonces viajábamos con nuestros purés y potitos para Felipe, nos fuimos dejando llevar por el momento… 

Al caer la noche, espectáculos de música y teatro en un auditorio y con una calidad difícilmente imaginable, teniendo en cuenta que estábamos en un barco y en pleno mar Mediterráneo. Al terminar, unas copas en el bar, en el llamado Atrio Doble de cristal donde además se servían todo tipo de cócteles y bebidas. 

Diversión a bordo para los más pequeños

En este resumen de infraestructuras y servicios en alta mar merece un apartado especial los espacios destinados a los más pequeños, tanto para niños como para adolescentes. La naviera estrenó en 2018 Family Explorer Club, un concepto con el que quieren que tanto niños como papás y mamás disfruten al máximo la estancia en el barco. Se organizan excursiones en tierra a medida de estos pequeños turistas y se ponen en marcha grupos formados solo por familias, itinerarios que no superan las tres o cuatro horas de duración para que los chicos no se cansen en exceso. 

Hay que citar además a Doremi, la mascota de la compañía. Este amigo de los peques, un gran sol siempre sonriente, es el que se ocupa de animar muchas de las veladas dedicadas a nuestros hijos, tanto en instalaciones específicas que se encuentran a lo largo y ancho del barco como en la zona de la piscina. Talleres de cocina, animaciones con cante y baile, juegos y actividades… Estos se desarrollarán en los más de 700 metros cuadrados de áreas infantiles y juveniles de MSW Seaview, lo que lo convierte en el crucero con mayor espacio destinado a estos menesteres. En estos se incluye la habitación Chicco para bebés, que nosotros las conocimos con un Felipe que gateaba por toda la estancia y jugaba de acá para allá, y dos estancias de Lego, una con ambientación isleña, para niños de entre 3 y 6 años, y otra con temática pirata, para los chicos de entre 7 y 11 años. 

En lo que respeta a los camarotes, la verdad es que no faltaba detalle. Además, al tratarse de un barco que se estrenaba ese mismo año –su viaje inaugural tuvo lugar en verano de 2018 y nosotros nos embarcamos en octubre–, estaba todo prácticamente a estrenar. El camarote que escogimos con vistas al mar, por lo que quedan para el recuerdo estampas en las que ver amanecer o anochecer desde esa terracita. También el encanto de llegar a un puerto nuevo y ver la llegada y después zarpar desde ese mismo lugar. 

Vamos, en definitiva, una experiencia redonda para nosotros. Sin lugar a dudas es de esos viajes en familia que recomendaría, especialmente para quienes estén planteándose donde ir de vacaciones con un bebé. Un crucero siempre es una buena opción… ¡para todos los públicos!

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